sábado, 13 de agosto de 2016

“No podíamos seguir viviendo entre asesinos”


La Comisión Nacional de los Derechos Humanos revela que hay 281 mil 418 desplazados en México, Sinaloa representa el 12 por ciento
  
Por:Cecilia Godinez
Mazatlán, Sinaloa.- Ya no estaban a gusto. No podían seguir viviendo entre asesinos, porque ahí se la pasaban los hombres armados recorriendo un pueblo de San Ignacio.
Era imposible seguir en una zona donde no había gobierno. Un pueblo sin Ley.
Después de que le asesinaron a sus dos tíos junto con otras 11 personas en un camino de terracería, la familia Sánchez temía cada día por sus vidas y la de sus tres pequeños hijos.
“Las cosas iban mal desde tiempo atrás, pero todo fue empeorando, ya no podíamos tener nuestras propias vidas”, recuerda Brianda N.
Sentada bajo el techo de lámina de cartón de su cocina que está al aire libre, sin pared y con piso de tierra, menciona que quería darle una vida a sus infantes alejada de hechos violentos, por lo que se desplazó hacia Mazatlán.
Recuerda que cuando vivían en la sierra de San Ignacio la pasaban encerrados en sus casas y aunque tuvieran la urgencia de salir no podían hacerlo por temor a perder la vida, por esos hombres que se adueñaron en el 2008 y 2012 del lugar.
La delincuencia organizada ó el narcotráfico es un cáncer antiguo del que no puede salir Sinaloa y gran parte de los estados mexicanos.
Para Brianda, esto es un mal que nunca acabará, pues solo en algunas fechas los asesinatos disminuyen.
En la incertidumbre.
Ahora vivir en el puerto se ha convertido en otro problema, la autoridad municipal no se hizo cargo de ellos, llegaron sin nada, como si apenas hubieran llegado al mundo, pero sin el doctor ni las enfermeras que rodean a un recién nacido.
La invasión San Antonio fue su primer zona habitacional, ahí vivieron casi dos años. Pero los problemas frecuentes entre los vecinos y la falta de suministro de agua y electricidad son severos desencuentros por los que atraviesan las miles de familias que están dentro de este lugar. Esto los obligó a mudarse.
Con lo poco que habían logrado adquirir llegaron a la casa de su padre en la colonia Loma Atravesada de esta ciudad.
Todo estuvo bien durante meses, pero vivir con otros hermanos, y en un hogar de apenas dos cuartos con medidas de 4x4 los llevó a comprar una pequeña casa en la colonia José María Pino Suárez.
Aunque la zona pareciera ser una comunidad por su lejanía del centro  y de los grandes hoteles e importantes centros comerciales, ahí la calle es de tierra, con varios charcos, y cercano a un canal lleno de manglar.
“Es difícil, ahorramos bastante para tener un lugar que les diera mejor calidad de vida a nuestros hijos”, platica mientras camina bajo los rayos del sol en dirección a la colonia Loma Atravesada.  
Aprovechó que estaría el presidente municipal de Mazatlán para solicitarle apoyo para reconstruir el techo de su hogar.
Al brincar un charco cercano a su vivienda manifestó que durante las lluvias todo se trasminaba.
Dentro de su domicilio, apunta hacia el techo. “Aquí sigue lloviendo cuando se acaba afuera”, dice entre sonrisas.
El esposo de Brianda se dedicaba a la agricultura y ganadería, actualmente sufre por no poder hacer su vida como era antes.
Lo mismo le sucede a Rodolfo González, habitante de la invasión San Antonio.
Con casi 70 años de edad, y después de haberse dedicado por  más de 30 a la ganadería y agricultura, ahora tiene que andar de peón de albañil.
El señor prácticamente huyó de San Juan, San Ignacio, porque le mataron a dos hijos.
Con una foto de sus retoños, señaló que no le puedes caer mal a los vecinos de aquella comunidad porque entonces le harían lo mismo que a sus hijos.
“Así son esas gentes, sino se hace lo que ellos dicen la agarran contra uno, y nada podíamos hacer”, manifestó con una gran tristeza en su rostro lleno de arrugas.
¿Crees que la violencia podría dejar a Sinaloa casi sin población?
Desplazados.
En México se tiene un registro de 281 mil 418 personas desplazadas, entre 2011 y febrero del 2015, según el informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
De 89 mil 859 personas, corresponden a 141 casos de desplazamientos masivos en 14 de los 32 estados del país.
Sinaloa representa el 12 por ciento de esta población desplazada.  
Cabe aclarar que estos datos engloban desplazamientos forzados a causa de megaproyectos de desarrollo como la construcción de presas, hidroeléctricas, infraestructura portuaria, turística, petroquímica, petróleo y gas. Minería, agrícolas y áreas naturales protegidas.
La CNDH señaló en su último informe de este 2016 que “es prácticamente imposible tener datos cuantificables para hacer un cálculo real de la dimensión del problema de los desplazamientos forzados de población en México. Sólo pueden hacerse aproximaciones indirectas”, termina su párrafo en un informe de 77 páginas.
Además, explican que en la república mexicana no es posible contar con datos generales acerca de desplazamiento forzado por la violencia (narcotráfico, delincuencia organizada).
Esto se debe a que en el estado mexicano no han aprobado una ley sobre desplazamiento que incorpore los principios rectores sobre el tema en su ordenamiento jurídico. 

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