miércoles, 25 de enero de 2012

Crónica de un extravió, un falso secuestro y los peligros del Facebook


Eduardo Ortiz León
Caborca, Sonora.- Todo empezó con la visita de una cuñada a nuestra casa, venia a ver a su papá que vive con nosotros, con ella venía nuestro hijo Iván, que tenía tiempo ya, viviendo y trabajando con ella en San Luis Rio Colorado, puesto que asi se tenía planeado el venir y pasar el año nuevo en casa, pero esto se pospuso debido al fallecimiento de el último de los hermanos de mi suegro y el menor de todos allá en Sinaloa, lugar de origen de nosotros y a donde acudimos al sepelio, por lo que esta visita se hizo poco después del año nuevo tan pronto llegamos nosotros de Sinaloa, donde pasamos estas fiestas en casa de mis padres.
Llegaron como a las 9.00 de la noche después de cuatro horas de viaje y  tan pronto llegaron después de cenar procedimos a buscar como acomodarnos, tendiendo algunos en el piso, otros en los sofás, mientras mi hijo y un sobrino, dijeron nosotros vamos a dormir en la camioneta, un pick up, con camper, donde traían un colchón, de inmediato comenté yo a mi esposa, ya valió madre, te apuesto que se va a ir, una vez ya acomodados nos dormimos, pero yo al rato unas dos horas o tres después me levanté al baño y fui a ver si mi hijo estaba durmiendo, encontrando que ya había tomado rumbo, así que volví a dormir pensando, en un rato vuelve se fue a ver los amigos que hacia tiempo no veía.
Por la mañana,  se levantó mi esposa quien trabaja haciendo tortillas de maíz en una taquería y entra  las 5.00 de la mañana, para tener ya un buen bonche cuando abren la taquería, llevándola yo todos los días a esa hora, preguntando por nuestro hijo, no está le dije yo, seguro está con el chino y Jesús,  ahorita de regreso voy a llegar a ver y así lo hice al regresar puesto que la casa de Jesús, amigo desde la infancia de mi hijo mayor y de Iván, también, efectivamente ahí estaba, con los ojos mas atravesados que la chingada, producto de una noche de desvelos, pisteada y también de la droga que seguramente consumieron, de la casa había desaparecido una botella de tequila que me regaló Daniel mi hermano, cuando pasamos a saludarlo en Ciudad Obregón donde reside y trabaja, viniendo nosotros de Sinaloa, y que nos queda de paso.
Una vez que salió al preguntar por el, le dije, hijo ya vamos a casa, ya está bueno, ya se amanecieron ahora vamos para que desayunes y descanses, no me dijo, ahorita voy, espéreme en la casa, procediendo entonces a retirarme, seguro y pues mas tranquilo que era como yo había pensado, enviando un mensaje a mi esposa, diciéndole donde estaba.
Así dos o tres veces durante el transcurso de la mañana, saliendo siempre Iván, para decirme ya voy, ahorita, viéndole por último como a las 12.20, cuando salió y se fumó un cigarro conmigo, diciendo ahora si apá ya me voy a ir, deveras, nomas espéreme media hora y voy, entonces le dije aquí m voy a quedar para que te vayas conmigo, no me dice, es mas en 20 minutos voy y sino viene por mi, pasado ese tiempo y siendo hora ya de ir por mi esposa al trabajo, pasé por el y ya no había nadie en la casa,  me fui por mi esposa quien de inmediato me preguntó por el, contándole lo anterior, pasamos otra vez y nada,  nadie salió al tocar la puerta, yendo entonces a casa.
Entonces vendría lo pero de nuestra preocupación, fue mi esposa como una hora mas tarde a ver si ya habían recalado y suena mi celular, era ella, quien me dijo con voz alarmada, Lalo, ven, vine por Iván no está, dice Jesús que se fue corriendo cuando me vio, me subí al carro y en menos de dos minutos ya estaba ahí.
Salió mi esposa de la parte trasera de la casa y me dice ve por la otra calle y fíjate, dice Jesús que para allá agarró, ahorita , di la vuelta a esa cuadra, a otra y a otra y nada, regresé, mi esposa decía, díganme plebes donde está el Iván? estaba con ustedes y deben de saber donde está, no tenía por qué correr al verme, esta escondido? Les decía, no seño, decía el Jesús deveras se fue por atrás, entonces me dice ella, llama a la patrulla, sino aparece yo me voy a quedar aquí, hasta que lo haga y nadie se va a ir, para entonces ya habían salido todos los plebes del interior de la casa.
Llego una patrulla como a los cinco minutos de haber llamado al C-4 solictandola, procedimos a explicar a los oficiales el motivo de la llamada, interrogado a los muchachos quienes no variaban en su versión inicial y nosotros todavía incrédulos de que nuestro hijo, hubiera huido al ver a mi esposa, puesto que toda la mañana en ls ocasiones en que se le fue a buscar, salía y  prometía que ya pronto se iría a casa a desayunar y descansar, los oficiales  vieron una foto de nuestro hijo tomada con el celular durante la noche con los amigos, tomaron nota de su características y vestimenta, procediendo a retirarse, no sin antes prometer que harían lo posible por ayudarnos, pasando la consigna a las demás unidades en servicio, toda vez que no se podía hacer mas que estar pendientes por si lo veían, puesto que todavía no transcurría el tiempo necesario para considerarlo como un extravío o desaparición de persona, según la ley, recomendando que a las 10.00 de la noche acudiéramos a la dirección de seguridad pública y si era posible lleváramos fotos recientes de nuestro hijo, para que en la fila de presentes se les pasaran los datos y la foto a los tripulantes de las unidades por entrar en servicio, lo cual hicimos después, pero que padre, puede esperar ese tiempo, pensando en que le pudo haber pasado al hijo, que dejó de ver hace una hora, dos, tres o mas, y no sabe si está bien o le pasó algo, mi esposa y yo seguios buscando por todos lados, terminales de autobuses, casas abandonadas alrededor de donde fue visto por última vez ese día y nada, la desesperación y el desaliento nos ganaba, fuimos a las 10.00 de la noche, se hizo lo que se iba a hacer y el oficial a cargo del turno volvió con nosotros a interrogar a sus amigos, como a las 11.00 fuimos a la casa de  un amigo del que dijeron había llegado alguien a buscarlo al cual no vio porque estaba dormido, pero su padre si quien después de muchos minutos de estar tocando, abrió la puerta, exponiéndole el oficial la causa de haberlo levantado y efectivamente dijo que era cierto y al mostrarle la foto, dijo es el, para donde se fue, le pregunta el oficial y yo, tomó para el lado de la carretera, pero de ahí ya no se hacia donde, al oír eso me fui, busque en una casa abandonada y la orilla de la carretera, para volver y preguntar si un edificio en construcción a la orilla de la carretera podría ser revisado, diciendo el oficial, bueno, pero primero vamos a llevar a este muchacho a su casa, ya que habíamos levantado al chino, quien nos dijo de este amigo de Iván y nos vemos ahí en las puertas para levantar al velador, diciéndole yo que estaba bien y que iría por la orilla de la carretera para buscar, pensando siempre en lo peor o que se hubiera quedado dormido en alguna alcantarillada,  revisando yo y mi esposa un tramo como de 2 o 3 kilómetros, y lo mismo los agentes que nos alcanzaron cuando hacíamos esto, dirigiéndonos hacia el edificio en construcción, donde mientras los oficiales sonaban la sirena para que acudiera el velador, yo revisaba y escudriñaba la cuneta y cada rincón, agujero o matorral a orilla de la carretera por el lado contrario de donde habíamos ya andado.
El velador nunca salió, si que optamos a por ir a un lavado de autos donde mi hijo trabajó un tiempo y donde dijeron sus amigos que iba cuando venía a ver un amigo, los oficiales entrevistaron al velador quien dijo no haberlo visto y desconocer el domicilio del amigo de Ivan, de ahí los oficiales se retiraron no sin antes asegurar que seguirían al pendiente y  avisar de darse alguna novedad, nosotros tomamos otra vez rumbo al centro para ir a las taquillas en las terminales para ver si había tomado algún autobús y otra vez la misma noticia, al menos con ese nombre no y al presentar la foto, tampoco recordaban haberlo visto, así que volvimos a casa como alas 3 de la madrugada con el propósito de dormir y descansar un poco.
Un rato mas a las 7.00 levantados ya todos, nos fuimos otra vez, buscando por los alrededores de la colonia Deportiva,, la nuestra Aviacion y La huerta, en casas que veiamos, estaban abandonadas, para esa hora ya decenas de personas y amigos nos llamaban para ofrecer su apoyo y ayuda, aun y aquellos considerados por un servidor como no amigas, me llama un colega , dos y me dicen que vaya a la policía que me estáesperando el Z-3 que para coordinarnos  y emprender algo orgaizado, acudimos mi esposa y yo, haiendo de nuevo el mismo recorrido del dia anterior con los oficiales, ahora ya se destinan 3 unidades policiacas para hacer esa labor, búsqueda  e investigación, sin embargo el desaliento y la desesperación nos envuelve tanto a i esposacomo a mi, cusando estragos en mi  estado emocional, nunca este chamaco en sus correría deja de comunicarse y tenga o no un celularar el consigue y nos manda mensajes, siempre iguales o casi, No te preocupes apá o amá, según a quien se lo mande, estoy bien, hoy no ha pasado nada de eso y es lo que nos angustia mas.
Poco antes como a las 8.00, Araceli y Reymundo colegas ios, nos imprimen unos carteles con los datos y foto de Ivan, la int3ención es pegarlos trasncurridas las 24 horas legales para ser considerada un extravio o desaparición de persona por las  autoridades, a punto ya de vencer y realizar la denuncia, mientras tanto a cada unidad de las asignadas para relaizar la búsqueda se les da uno y los compañeros  que traen su carro y familia, también se arman de uno para mostrar y preguntar a quien encuentran en el barrido de calles colonia por  colonia.
Como las 12.00, me dirigjo a i casa para ir al baño y ahí me quedo, me siento a fumar afuera en el frente de la casa y poco a poco llegan los demás, quienes al ver mi estado dicen, no se  preocupen seguro está con algún amigo o una morrita en una casa por ahí, cosa que les digo no es posible, pues todos los amigos a los que frecuenta son con los que anduvo el dia anterior y amigas no se le conoce ninguna, ni ellos tampoco, a excepción de una morrita con la que se mensajeo en su visita anterior, pero  un hermano de la muchacha llamó la  noche anterior al darse cuenta de que lo buscábamos y dice que lo conoce pero no lo ha visto, y tampoco se ha comunicado con su hermana, pues el traía su teléfono, nos dice que estará pendiente por si llegara a verlo.
Asi se van retirando y a Marcos Lopez, socorrista y colega quien me dice que ya tiene listos dos grupos para entrar a la búsqueda por el monte a la orilla de las carreteras y brechas, le digo, No, todavía no, yo digo que tiene que estar aquí en la ciudad, no es el momento, pensar en ello es lo peor y no quiero, me resisto a ello, bueno me dice como quieras pero, ve pensando, de necesitar, nomás me avisas y así nos quedamos solos, la familia y yo, incapaces ya de pensar para donde ,podemos ahora buscar.
Entonces sucede lo peor para mi con el ánimo ya alterado, a ratos sollozando y en otros llorando a escondidas en el baño, en la parte trasera de la casa, con una sensación extraña en el pecho y un brazo que siento dormido desde la mañana que me levanté, acalambrado y un leve dolor, sordo y constante, que no cesaba.
De repente suena mi celular, un número desconocido con lada de otra zona del país, no alcanzo a contestar y esta se corta, remarco y nadie contesta con el clásico sonido de un teléfono desconectado u ocupado, entonces me dirijo al teléfono de mi casa y marco el número, igual, nadie contesta, dejando entonces de intentarlo de nuevo.
Pasados unos 20 o 30 minutos, mi celular suena de nuevo, ahora el identificador lo marca como número privado, contesto y una voz extraña, con acento sureño, me dice, ¿Ortiz?
¿Eduardo Ortiz?
Si, que pasa
Fijate bien en lo que te voy a decir, contrólate y escucha.¿Quieres a tu hijo? El está bien y no le va a pasar nada, pero atiende lo que te voy a decir, si quieres volver a verlo, me vas a dar 500 mil pesos, sino te voy a mandar un pedazo de Iván.
Para enyonces yo había salido de mi casa para que no escuchara mi esposa y demás gente que había en ese momento en casa, dirigiéndome al frente y a la parte lateral de la casa, perdido el control, la grito¿Quién eres, que dijiste? No entendí, contestándome ese desgraciado, cálmate y contrólate, te digo que tenemos a Iv´n y queremos dinero, cuanto tienes o puedes reunir ene ste momento? Es que yo no tengo dinero, contesto, pues entonces ya te fregaste, me dice, a ver, calmado, y tu familia, ya sabe? Si les digo desde ayer, pues habla con ellos y a ver como le hacen.
Ellos están mas jodidos que yo, le digo.
A mi me vale madre es tu pedo ¿Me oyes? No recuerdo muy bien que tanto les dije y me dijeron, pero el que llamaba, viendo que yo estaba fuer de mi y no podía hblar me dice, mira te voy a colgar y en 20 minutos voy a volver a hablar y para entonces quiero que pienses y te calmes, entonces tu me dices cuanto tienes y puedes darme, sino ya no vuleves a ver  tu hijo, colgando de inmediato.
Como un loc sollozando voy y me subo al caro de Cesar un sobrino de mi esposa, queriendo salir, entonces salen Cuca y Chay mis cuñadas que ven mi estado y yo sin poder hbar mas que necesito ir a la comandancia, es todo lo que podía articular, Cuca me decía, que te pasa, lalo? Meneo mi cabeza haciendo seña de que se acerque, y al fin en un grito le digo, un hijo de la chingada me acaba de hablar pidiéndome 500 mil pesos por mi hijo y perdido el control lloraba,d ejandome caer en el asiento de la camioneta, necesito ir a la comandancia, pero asi no puedes manejar deja que te lleven, un mometo antes, César, había llevado a mi hija a pagar el teléfono, pues un dia antes se había vencido y tuve temor de que lo cortarán y alguin pudiera comunciarse y este estuviera cortado, dándole a mi hija los  únicos 1000 pesos que traía y 100 mas que me prestó mi cuñada Cuca, por lo tanto mi carro no estaba, se acerca mi otra cuñada Chayo a quereme consolar, diciendo creo, contrólate Lalo, dios nos va a ayudar, gritándole yo, déjame, quiero ir a la comandancia, en eso se acuerdan y dicen ahí está Chalito, que el te lleve, tu no puedes manejar, asi, se acerca el y me dice, vamos wey, yo te llevo, me subo al carro y le digo a Cuca, no le digas a la Lupe, mi esposa, saliendo de inmediato y acicateándole yo para que se diera prisa, ya que el maneja muy calmado, en ese momento suena el teléfono de nuevo y es el mismo individuo, quien de sopetón,me dice, ya te calmaste?  No puedo contestar y repite ¿Ya te calmaste wey? Si, contesto, bueno fijjate lo que te voy a deci, cuanto dinero tienes en efectivo en este momento, 8 mil pesos le digo, que no es cierto, pues mi esposa los tiene en una cuenta de banco, en ese momento ella sale por otra calle y nos hace señas, subiéndose al carro, intenta hablar y le hago señas de que calle y pongo el altavoz del teléfono, este me dice, los tienres ya, ya? Si pero tengo que ir a sacarlo de un cajero, para ese momento ya no pedia los 500 mil iniciales,  (lo que en un momento de lucidez me hizo pensar que era una llamada de un oportunista y extorsionador), bueno pues, cuanto tiempo quieres para llegar o cuanto calculas tu que llegues me dice, unos 20 minutos, le digo, bueno fíjate lo que vas a hacer en 20 minutos te voy a marcar y quiero que ahí en el cajero te esperes y yo te voy a decir que vas a hacer, está bien?¿entendiste? no te vas a mover hasta que yo te diga y click, suena cuando cuelga, deseserado yo  exigo a Chalito que se apure y no rspete señalamiento, en vano, el lo hace como siempre cuidadoso y respetando la velocidad normal, por fin llegamos a la jefatura, afuera de está el jefe, el sub jefe y el jefe operativo, bajamos corriendo mi esposa y yo pasando hacia el interior y diciéndole no hagas escándalo y el que lo hacia era yo, se dirige a mi el sub jefe, diciendo que pasa Ortiz, y de manera atropellada y sin ilación le digo lo que pasa, llama entonces al jefe operativo y los dos coinciden es igual que el caso de la muchacha aquella, dicen, no hagas caso, solo te quieren sacar una feria, y ordenan, hey oficial que vayan  los hoteles unas unidades y hagan lo de la otra vez parece el mismo caso,  pero me dijo que en 20 minutos llamaba de nuevo y yo tenía que estar en el cajero, pues dile que todavía no llegas y necesitas mas tiempo, vayan  la oficina de Z-4 y esperen ahí, ahí no se oye nada y que apaguen los radios ordena el Z-3 o sub jefe, dirigiéndonos hacia allá, mi esposa y yo, una vez ahí Miguel Ángel Martínez Torres, que es su nombre, dice, no,  lalo que no te  sorprenda te aseguro que son mentiras solo te quieren vacunar, en tanto llega la llamada, mi esposa saca otro teléfono para grabar lo que diga, al fin suena y otra vez la misma voz, exigente, golpeada y perentoria, que dice, ya estás en el cajero? No, le digo y vamos a llegar, ¿Qué tanto necesitas pues? Unos diez minutos, bueno pues pero apúrale y ni les vayas a decir nada a las autoridades, ¿ellos ya saben? Me pregunta, si desde ayer, ellos también lo andan buscando, pues ni esperes se comuniquen contigo, me dice, ellos están coludidos con nosotros, asi que mucho cuidado, dice, antes de colgar. Inmediqrtanete me levanto y me dirigo a las oficinas de la Policía Estatal Investigadora(PEI), donde el comandantemde la base local me esperaba puesto que el Z-4, le había ya planteado por teléfono el asunto, quien encabezaba en ese momento un opertio conjunto entre los tres niveles de gobierno en esta región de Sonora, para ubicar a presutos criminales intergantes de euna banda de delincuentes que  durante los últimos dos meses del año recién terminado y principios de este han realizado una gran cantidad e hechos ilícitos, asesinatos, levantones y otros desmanes, al llegar, estaba acompañado por oun oficial de ejército y otras personas al parecer de la misma corporación pero no de la base local, pidiendo esperara, mientras ellos platicaban asuntos relativos a la operación en marcha.
Pasaron los 10 minutos y el sujeto  no llamaba, pasó un tiempo considerable hasta que al fin sonó mi teléfono, antes de contestar le dije al comandante, que hago, me dice trata de hacerlo hablar lo mas posible, pon el altavoz y llama al oficial y a un compañero suyo de la PEI, todos me rodean, mi esposa llega y empieza a grabar en su teléfono y este es el dialogo, tal y cual como sucedió:
Extorsionador: Ya tienes el dinero?
Yo: Si, pero nada mas 5 mil pesos, no pude sacar mas del dinero
Extorsionador: Bueno, ahora  fíjate lo que vas a hacer wey, que tan lejos estas de un OXXO( Aquí el comandante de la PEI me decía mediante señas que pidiera  tiempo, lo cual no entendí de momento)
Yo: A unos 6 minutos
El: Bueno vas ir y hacer todo lo que se te diga, está bien, cabrón?
Yo: Si pero antes quiero hablar con mi hijo, me dijiste que me lo ibas a poner
El: Mira hijo de la chingada tu vas a hacer lo que yo te diga, tu no me vas a dar órdenes, si quieres verlo otra vez me vas a obedecer, esta bien cabrón
Yo: Si pero antes tengo que hablar con el
El:  deveras quieres oírlo, bueno pues lo vas a oir, y dirigiéndose a otras personas, les dice a ver este hijo de su puta madre quiere oírlo, denle pa que grite(se oyen unas amenazas y como golpes al tiempo que alguien grita como si estuviera quejándose) ya lo oiste, wey? Quieres oírlo otra vez?
Yo: Dime como le dicia de niño, preguntale, no lo escuché, y otra vez lo mismo, agregamndo, entonces nomqueres a tu hijo? Lo quieres en pedazitos, hijo de la chingada? Pues ya valio verga y cuelga el teléfono, depsue sd eun sin fin de amenazas e insultos.
Vez me dice el comandante, como vio que ya no iba a sacar nada mejor prefirió no seguir gastando en telefon, a lo mejor mas tarde te uelve a llamar, pero no creo, dice, y ya tenemos un número y  se está rastreando a ver de donde llaman, asegura.
Nos pide pasar a la oficina, lo cual hacemos todos, mi esposa,  un sobrino de ella, mi hija y mi esposa.
Una vez ahí, dice que es raro como es que se comunciaron solo conmigo, si en el aviso los primeros teléfonos pertenecen el primero a mi hija, el segundo a mi esposa, el tercero es el de mi casa y en cuarto lugar mi celular, planteando si no sería alguien conocido que quisiera sacar raja, o alguno de los amigos de mi hijo, lo cual le aseguro no creer en ello, s hacen hipótesis y conjetura s mientras el trata de obtener mayores detalles, en eso estábamos cuando de repente suena el celular de César sobrino de mi esposa, y dice, es el Ariel, otro sobrino, dice que el Ivan está bien, que no se preocupen, que el lo vio, pero no quiere problemas con mi tía, ni con Lalo, pero como, le dice el comandante, márcale y que te  datos sobre como va vestido y donde lo vio, el Cesar marca y no le contesta como que el celular fue apagado, en ese momento recibe una llamada, en esta ocasión es un compañero de trabajo de Ariel, quien le dice que el vio a Ivan y que los llevó a casa de Ariel y que allá están en ese momento, el comandante vuelve a repetir lo mismos y Cesar llama a este muchacho, quien le contesta que el lleva una chamarra negra y una camiseta aeropostal verde y tenis nike, negros con blanco, al decirnos esto, respiramos todos simultáneamente en un suspiro de alivio, exclamando entonces si, si es cierto, allá esta.
Bueno dice el comandante, mandamos una unidad para allá para llamar a la base de San Luis, pero puede que si se dan cuenta el se vaya, no sabemos, espérense le voy a hablar al Adrián, dice el César, hermano suyo, par que vaya a con Ariel y vea s es cierto, le marca y dice, Adrián, arráncate de volada, de donde andes a la casa del Ariel y metete, no pidas permiso y fíjate si está , pero rápido, pues mi tía quiere hablar con el, así esperamos otro rato, hasta que el Adrián, llama y  saca a mi hijo del baño donde estaba bañándose ys e resiste a salir, espérate, wey se oye por el altavoz, ándale, sécate las manos y agarra el teléfono, se oye que dice,  no mames wey vete a la verga, ándale cabrón le dice, aquí está mi tía, háblale, nomas quiere hablarte, bueno, hijo, dice mi esposa, porque no nos avisaste, es que  no tenia teléfono y tampoco dinero, le dice, creo que si fue, desde el momento que oi su voz la respiración me volvió al cuerpo y me dejé caer en una silla, sin moverme durante largo rato, ni poder hablar.
Así  fue que termino esta pesadilla familiar, en la que la desesperación y la incertidumbre nos llevó a usar el Facebook para tratar de localizar a nuestro hijo, quien afortunadamente reapareció a salvo y sin mayores problemas, para el claro, que a nosotros nos hizo pasar un infierno, hoy a  unos días de esto, mi hijo, después de platicar con el y llorar todos juntos, por el trago amargo, nos pidio llorando ayuda, lo cual me hizo sentirme orgullosos de el, pues, fue valiente al aceptar que tiene un problema con la adicción a una sustancia mortal y dañina, además de otras, y durará tres meses en un centro de rehabilitación, ojalá y todo salga bien y logra vencer esa adicción, para lo cual estamos dispuestos apoyarlo en todo, tan pronto salga.
Algunos datos oficiales del problema que enfrentamos
Extorsiones
Un total de 213 mil 917 extorsiones telefónicas fueron reportadas en los últimos dos años a la línea de asistencia del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del Distrito Federal, en el marco del programa "No más extorsiones".
De acuerdo a la estadística del organismo del total de reportes de extorsión recibidos, 193 mil 184 fueron casos ocurridos en la ciudad de México y 20 mil 733 fueron perpetrados en el interior del país. De los reportes en provincia, 16 mil 878 corresponden al estado de México, 279 a Puebla, 247 a Morelos, 121 a Querétaro y el resto a otras entidades del país.
El modus operandi, varía y se han detectado mas de 50 formas de operar, mismas que son modificadas tn pronto dejan de ser efectivas, la mas popular es el llamar a las personas avisando que un familiar esta detenido o retenido y que se pide una suma para liberarlo.
Del total de casos ni siquiera el 5 por ciento son resueltos y atrapados los autores de esos crímenes
Adicciones
Según las estadísticas de la SSP, tomadas del Reporte Mundial de Drogas de la ONU, actualmente hay 3 millones de mexicanos que consumen mariguana; 1.7 millones, cocaína, y 367 mil son adictos a las anfetaminas.
El reporte, entregado a los legisladores, destaca que en 1998 el 1 por ciento de los mexicanos consumía mariguana, y el 0.3, cocaína, pero ahora se elevó a 4. 2 y 2. 4 por ciento.
El monto de ganancias anuales por los carteles del narcotráfico en México ronda en los 20 mil millones de dólares, anuales, mientras que en el país de destino de la mayoría de las drogas, al ser reste el mercado mas grande los Estados Unidos se considera que se mueven unos 60 mil millones y la lucha contra ese flagelo es solo de aparente puesto que sus ganancias  permanecen intocadas y cuando se llega a sentenciar en mas del 90 por ciento de los casos las propiedades, joyas, vehículos, dinero en efectivo y empresas, son devueltas mediante juicios a los familiares o a los mismos capos o integrantes del crimen organizado.
Además de eso el gobierno carece de una política enfocada a combatir las adicciones, con centros integrales, equipados y con personal especialista en el tema, para apoyar no solo al adicto, sino también a sus familias,  y  que esta problemática sea manejada como un problema de salud pública y social también, en cambio estas acciones son realizadas por particulares, sin ningún tipo de supervisión y programa apegado a las normas internacionales.
A ultimas fechas se han emprendido acciones por parte del gobierno federal con la creación de centros llamados Nueva vida, pero claramente son insuficientes y no atacan a fondo el problema pues solo brindan apoyo psicológico en la mayoría de los casos

lunes, 23 de enero de 2012

UNA RÁFAGA AL CORAZÓN


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Cayetano Osuna   
Lunes 23 de enero de 2012
Embisten con fuego y plomo a ferretería con el acrónimo de Malova

“Como indicios, quiero manifestarles que en la escena (del crimen) se aseguraron diez cascajos (sic) de arma de fuego y siete ojivas, posteriormente en un operativo implementado por la Policía Ministerial fue localizada y asegurada la motocicleta que utilizaron los autores materiales de este hecho criminal para retirarse de ese lugar, la cual cuenta con reporte de robo del 6 de enero de este año, robo que ocurrió en el puerto de Mazatlán”, dijo Marco Antonio Higuera Gómez, procurador general de Justicia del Estado.
No solo fue un tiro en el corazón empresarial del gobernador Mario López Valdez, sino la crítica de las armas de fuego a la estrategia de seguridad pública, el ataque perpetrado por dos sicarios el miércoles 18 de enero pasado en la ferretería Malova, ubicado en avenida Rafael Buelna y calle Michoacán número 14 de la colonia Sánchez Celis, que dejó un empleado muerto y otro herido de gravedad y el intento fallido de prender fuego al negocio ferretero.

“Si a las empresas del señor gobernador no respetan, ¿qué me puedo yo esperar?”, preguntó un empresario pesquero que vivió en calma tensa desde el lunes 16 de enero, cuando la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) presentó a los seis presuntos plagiarios de dos hijos de empresarios (pesquero uno, frutero otro) y un comerciante que fueron liberados el sábado 14 por la Unidad Especializada en el Delito de Secuestro y la Policía Ministerial del Estado, con la colaboración de la Policía Municipal y elementos del Ejército y la Marina.

De acuerdo con la información proporcionada ese 14 de enero por el titular de la PGJE, los seis detenidos (cuatro mujeres y dos hombres) reconocieron ser presuntos integrantes de una célula del grupo delictivo autonombrado los Beltrán Leyva.

En la conferencia de prensa ofrecida la tarde del 14 de enero en la Subprocuraduría Regional de Justicia en la zona sur, Gerardo Vargas Landeros, secretario general de Gobierno del Estado, evadió las preguntas directas de los periodistas sobre cuál habría sido el móvil del atentado criminal contra el negocio propiedad del jefe del Ejecutivo estatal, pero dio su postura sobre el “lamentable y cobarde atentado”.

“Ustedes están enterados de que a veces se han tenido algunos avances, que a veces hemos tenido temas qué lamentar (policías asesinados, civiles muertos en fuego cruzado y otras víctimas colaterales en esta guerra), de igual manera, lo que sí creemos no se vale, no es correcto, es atentar contra la vida de gente inocente, que no tiene qué ver con la lucha que se está llevando a cabo contra la delincuencia por parte de las corporaciones y diversas instituciones de Gobierno”, enfatizó.

Marco Antonio Higuera Gómez, procurador de Justicia del Estado, también respondió “entre las ramas” a las preguntas “redundantes” de los reporteros en el sentido de si la agresión a la empresa ferretera Malova fue un ataque directo motivado como una reacción violenta del grupo delictivo autodenominado los Beltrán Leyva.

—¿Ustedes ven (este hecho criminal) como un atentado contra el gobernador? —se le preguntó a Higuera Gómez.

—Yo creo que mientras no logremos ubicar a las personas responsables sería prematuro hacer un juicio o juzgar de esa manera.

—La empresa ferretería 
Malova, ¿ya había tenido amenazas antes del hecho que se registró o fue de manera inesperada?
—No, no tenemos nosotros antecedentes ni registro de ningún otro hecho anterior ni se nos había denunciado.

—¿Una de las principales líneas de investigación será la detención de los secuestradores (presentados el pasado lunes 16 de enero)?
—Yo creo que la línea de investigación nos la reservamos, lo único que les decimos que tenemos claro a donde vamos, que tenemos datos que nos llevan a un rumbo claro para trabajar en esta investigación y el compromiso que es como todos los hechos donde se afecta gente inocente, trabajar para resolverlo.

—¿Pero sí es una línea fuerte esa?
—No te lo puedo decir, porque no tenemos nosotros una ilación todavía con lo que tenemos de diligencias practicadas.

Pero los hechos criminales del 18 de enero hablan por sí solos, pues todo apunta a que el finado Jorge Luis Tirado Esquivel y su compañero que convalece en delicado estado de salud en una clínica del puerto, fueron víctimas colaterales del acrónimo comercial de la ferretera donde laboraban.

El alcalde Alejandro Higuera Osuna opinó sobre el atentado criminal, en conferencia de prensa: “No hay que ir a Harvard para saber cuál es el motivo, es muy sencillo, estamos deteniendo delincuentes, secuestradores, estamos poniendo un dique contra toda esa masa de delincuentes enemigos de la sociedad y la respuesta de ellos es de querer meternos miedo, pero bueno, los que andamos en este camino sabemos de los riesgos”.

“Cómo venderle a la sociedad —continuó— que un negocio del gobernador se quema, se echa bala para que la sociedad diga: ‘si eso le va a pasar al gobernador, qué nos va a pasar a nosotros’, pero no nos quedamos con las manos cruzadas”.

Plana mayor

La presencia de la plana mayor de Seguridad Pública para investigar la embestida criminal a la empresa ferretera Malova llamó la atención de los periodistas y la pregunta obligada recayó directamente en el fiscal sinaloense.

El cuestionamiento tenía su asidero en aquella carta célebre del exmilitar y exjefe de la Policía de Ahome, León Horacio Reyes, actualmente preso por cargos de delincuencia organizada, en la cárcel de máxima seguridad número cinco, en Veracruz, quien narró lo que le pidió el gobernador Mario López Valdez, cuando el hoy reo estaba de jefe de la Policía Preventiva (Ríodoce 466).

“Mayor (León Horacio Reyes), le encargo a mi familia, le encargo mis negocios, le encargo mi…”.

—¿Por qué tanto interés?, está la plana mayor de Seguridad por este hecho, cuando obviamente ocurren otros...
—Lo que sucede es que el titular del Ministerio Público es el procurador, yo creo que ha sido en esta administración donde se han dado situaciones sui generis o cosas que no se veían en otras administraciones, que el procurador tomara declaraciones, practicara diligencias, y en otra administración, se ha dado ese cambio que por eso asumimos el compromiso, es algo que podemos hacer y que se debe hacer, porque es el titular de la investigación y es el procurador quien delega en los ministerios públicos la libertad que la ley le otorga y que le otorga el artículo 21 constitucional. Pero no es algo que sea en este caso específico, se han hecho en otros. El procurador tiene ahorita como unos ocho asuntos encargados para trabajarlos, por la discrecionalidad, por la seguridad, más que nada son situaciones muy diferentes a algo específico.

El secretario de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, para conjurar la pregunta incómoda que implicaba la posibilidad de que el jefe del Ejecutivo estatal, que el día de los hechos se encontraba en España promoviendo las bondades de Sinaloa y Mazatlán, habría “encargado su negocio, en el puerto” a la plana mayor del Gabinete, por su parte, atajó:

—Es costumbre nuestra, que el Gabinete de Seguridad atienda los problemas que se puedan estar presentando. Hay casos muy particulares que se han presentado en Los Mochis, en Culiacán, en Navolato, aquí en Mazatlán, que no es la primera vez que venimos todos en atención, con los señores presidentes municipales, de tal manera, cuando tenemos algunos delitos que creemos que amerita la presencia, aquí estamos, junto con los mandos federales, con el Ejército, con la Marina. Bueno, lo importante es que las decisiones se tomen al interior del Gabinete de Seguridad del Gobierno del Estado. Hay que acostumbrarse a que vean ustedes al Gabinete de Seguridad.

—¿El Gabinete atiende este caso (por ser la agredida la empresa del gobernador) o el interés de atender a todos los ciudadanos?
—Yo creo que nosotros tenemos la obligación de atender cualquier conflicto a cualquier ciudadano y a los negocios de cualquier empresario o de cualquier persona. Si bien es cierto que estamos en un lugar emblemático, para Sinaloa, como es el puerto de Mazatlán, donde lo que más pretendemos es establecer la tranquilidad y la armonía aquí en el puerto. Reitero, la intención de nosotros es estar con el señor presidente municipal, resolver los asuntos, lo más pronto posible, como así han tenido la mayoría de ellos de esta administración, en aquellos donde han tenido un gran impacto social y esperamos seguir así.

La presentación

La mañana del lunes 16 de enero el patio de las instalaciones de la Policía Ministerial del Estado en Mazatlán era insuficiente para exhibir los tres vehículos robados, el arsenal y equipo táctico decomisados a los seis presuntos secuestradores detenidos que el procurador Marco Antonio Higuera Gómez presentó ante los medios de comunicación electrónicos y escritos.

Ciertamente algunos empresarios mazatlecos habían aplaudido el trabajo de investigación e inteligencia de la Unidad Antisecuestros y de la PME, que había llevado a la liberación de los tres ciudadanos plagiados, porque calculaban que generaría tranquilidad y confianza en el “blindaje” en la seguridad pública previa a las próximas fiestas tradicionales de carnaval del puerto.

El fiscal sinaloense dijo: “Buenos días, quiero presentarles a una persona que ustedes ya conocen y lo identifican como Chuytoño, el director de la PME, Jesús Aguilar, quien me acompaña en esta reunión con ustedes, medios de comunicación, con el objeto de resaltar el interés del Gobierno de resaltar mecanismos para dar seguridad a la ciudad y puerto de Mazatlán que preocupados porque su actividad turística se reactive, fue el motivo por el cual en agosto del año pasado se vino a laborar un grupo especial de la Policía Ministerial y además se fortaleció la Unidad Especializada Antisecuestros, con el objeto de investigar y trabajar con inteligencia en diversos delitos de secuestros y homicidios que habían ocurrido y que se estaban registrando en esta zona sur del estado.

La Procuraduría General de Justicia informa que como resultado de un trabajo de investigación y de inteligencia efectuado por elementos por la UEA y de la Policía Ministerial y con el apoyo indudable de Marina y Ejército y de la Policía Municipal se realizó la detención en flagrancia delictiva el día 14 de enero de las siguientes personas: Luis Joel Moya Angulo, de apodo el Pingas, de 28 años, de edad, quien dio como domicilio en calle Comonfort número 311 poniente de la colonia Insurgentes de la ciudad de Los Mochis.

Jonhy Ahumada Araujo, de 19 años, con domicilio en calle Agustín Melgar, número 1928, fraccionamiento San Fernando, también de la ciudad de Los Mochis.

Lydi Zuni Sánchez Padilla, de 28 años, quien proporcionó como domicilio, Antonio Cuadras 1320, colonia Olímpica en Mazatlán.

Hilaria García Salazar, de 38 años, con domicilio en calle Pirul número 1310, fraccionamiento Los Ángeles, en Los Mochis, Sinaloa.

Rocío de Jesús Medina Parodi, de 36 años, quien dio como domicilio en calle Gabriel Leyva número 1234 sur, colonia Insurgentes, en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa.

María de Jesús Venegas Montaño, de 21 años de edad, quien dio como domicilio calle México 70, número 1314, colonia Olímpica en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa.

La detención de estas personas se realizó en el domicilio ubicado en Rafael García número 4-A de la colonia Independencia de esta ciudad de Mazatlán, derivado del trabajo de investigación e inteligencia llevado a cabo por elementos de la UEA y de la Policía Ministerial en el combate al secuestro”.

Los cargos


En sus declaraciones rendidas, enfatizó Higuera Gómez, ante el agente del Ministerio Público Especializado en el Delito de Secuestro, los detenidos reconocieron su participación en el secuestro de las personas que fueron liberadas y refieren que pertenecen a una célula delictiva que identifican de los Beltrán Leyva, debidamente organizada, donde hacen referencia a la estructura de cada uno de sus integrantes y su participación en los delitos de secuestro, homicidio y robo de vehículos.

Refieren igualmente los detenidos —añadió— las cantidades de dinero que cada uno de ellos recibía por su participación en esas actividades ilícitas, donde algunos de ellos participaban en los levantones, otros en la elaboración y compra de alimentos, otros en recoger el dinero entregado por los familiares de las víctimas, otros cuidando a las víctimas secuestradas y algunos reconociendo que privando de la vida a quienes se les ordenaba.

Los detenidos —dijo— dieron datos de cada uno de los integrantes de la célula delictiva a la que pertenecen y aceptaron su participación en seis secuestros en esta zona sur, en la cual aparecen como víctimas las tres personas que fueron liberadas y también otras personas, una de ellas secuestrada el 29 de septiembre del 2011, otro el 21 de junio de 2011 y otro el 30 de julio de 2011.

Además reconocieron —continuó— Luis Moya Angulo y Jonhy Ahumada Araujo su participación con otros delincuentes de la misma célula, en los homicidios de dos personas ocurridos en el Yonque identificado como El Cole, que está en El Venadillo, quienes en vida llevaban el nombre de Víctor Martínez Lara e Ignacio Martínez Macías.

También, señaló, reconocieron haber privado de la vida a dos personas en un negocio de lavado de autos, ubicado en la colonia Sánchez Celis, el día 7 de enero de 2012, y quienes respondían a los nombres de José Alfredo Eusquiano Fonseca y Rafael Morán Lizárraga.

E igualmente refieren, sostuvo, que la misma célula de la que forman parte, participó en el homicidio de Juan Ramón Tirado Páez, quien fue localizado por la calle Habal Cerritos, en el kilómetro 4, al norte, el día 29 de noviembre de 2011.

Los presuntos delincuentes, comentó, también estaban siendo investigados por su participación en los ataques a balazos de las instalaciones de C-4, (Centro de Control, Cómputo y Comando del Gobierno de Estado) contiguas a la PME, el 31 de diciembre de 2011.

El miércoles 18 de enero, dos días después de que habían presentado a los detenidos, dos sicarios llegaron en una motocicleta color azul oscuro que dejaron en la calle Michoacán, se introdujeron a la ferretería Malova y dispararon contra los dos empleados del negocio del gobernador del estado.

“Fueron dos personas del sexo masculino, quienes efectuaron disparos a quienes se encontraban laborando el personal, correspondiente al área de caja administrativa y mostrador”, informó el procurador.

Y antes de retirarse, sostuvo, rociaron el mostrador con gasolina encendiéndole fuego exclusivamente a esta área para posteriormente darse a la fuga a bordo de una motocicleta de color azul oscuro, misma que previamente habían dejado los agresores por la calle Michoacán.


Malova. Por defender a Sinaloa

“Estamos pisando callos”


No tengo miedo porque estoy cumpliendo con un deber, dijo el gobernador Mario López Valdez cuando se le cuestionó sobre el atentado en una de las ferreterías de su propiedad, en el que un empleado resultó muerto y otro herido. “Esto es producto de que estamos pisando callos, que estamos combatiendo. La sociedad percibe esto, por eso me está dando su solidaridad”, manifestó el primer mandatario estatal.

A pregunta expresa de los medios, el gobernador se negó a revelar si podrían registrarse más atentados en los próximos días, pero insistió en que el atentado es una respuesta de los grupos de la delincuencia organizada ante las acciones que está tomando su administración para combatir la inseguridad.

“Lo único que sé es que es producto de las acciones que ha tenido el gobierno de enfrentar a los delincuentes. Esto es por defender a Sinaloa y a sus familias, y aún con estos riesgos no renunciaré al rol que tengo como gobernador”, manifestó.

López Valdez indicó que el estado recibe el apoyo de la federación a través de sus distintas corporaciones de seguridad, así como el Ejército y la Marina. “Estamos en un solo equipo. Creemos que con los elementos que actualmente existen en Sinaloa podemos continuar esta lucha”, sentenció.

“No hemos buscado la ayuda de la federación. Estoy recibiendo un reporte completo de cómo sucedieron las cosas, vamos a tener una reunión sobre seguridad el lunes o el martes con el nuevo comandante de la Novena Zona y el nuevo comandante de la Tercera Región. Esto nos va a comprometer a que tengamos que ir con más ahínco y mayor firmeza”.

El gobernador aseveró que hay avances en la investigación para atrapar a los responsables del atentado, pero, por la confidencialidad a la que lo obliga la ley no puede revelar cuál es el resultado de las indagatorias.

Malova-Beltrán Leyva: guerra total

Redacción Ríodoce

Cuatro o cinco hechos y momentos constituyen un mapa macabro de mensajes contra la política de seguridad del gobernador Mario López Valdez, prácticamente desde que asumió el poder, ya bajo la sospecha de haber establecido acuerdos con el crimen organizado local, es decir, con el cártel de Sinaloa.

El primero de ellos ocurrió el 6 de marzo al oscurecer, cuando un grupo de sicarios asesinó a siete policías ministeriales durante el traslado de dos reos desde la ciudad de Los Mochis a Culiacán. Este ataque se perpetró a la altura del poblado Guayparime, muy cerca del casco urbano de Guasave.

Ya Malova había dejado clara su estrategia de reforzar, con agentes policiacos de entrenamiento especial, las ciudades de Los Mochis, en el norte de la entidad, y de Mazatlán, en el sur, para combatir las bandas criminales que ahí operan, desdeñando lo que en la capital de Sinaloa ocurría, o la violencia que se presentaba en los municipios de Navolato y Salvador Alvarado.

Los propios funcionarios del Gobierno estatal, el procurador de Justicia, Marco Antonio Higuera Gómez, el que sería luego titular de la Policía Ministerial, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, y el secretario de Seguridad Pública, Francisco Córdova Celaya, se encargarían de divulgar que estos grupos pertenecían, sobre todo, al cártel de los hermanos Beltrán Leyva, antiguos aliados de Joaquín Guzmán y de Ismael Zambada.

Es esta, desde que llegó Mario López Valdez al poder, una guerra de sangre, a muerte, pero también mediática. Una lucha por los territorios, pero también porque, ante la opinión pública, queden claros de qué lado está cada quien. Al Gobierno le interesa que no haya duda que las células de los hermanos Beltrán Leyva, presuntamente aliados con los Zetas y los Carrillo Fuentes, son las más violentas y que por esa razón deben ser exterminadas. A estas les importa, sobre todo, divulgar que el gobierno de Malova ha pactado una alianza con el cártel de Sinaloa y que por ello los ataques son orientados solo hacia ellos.

El Gobierno estatal ha aprovechado cada golpe contra los Beltrán Leyva para exhibir los resultados: detenciones, decomisos de armas y droga, rescates de personas secuestradas en el norte y en el sur. Por parte de las células delictivas, su recurso más utilizado son las masacres de policías, los llamados narcomensajes, a veces acompañados de cuerpos descuartizados que han arrojado en las mismas escalinatas del Palacio de Gobierno.

Detención de Giovanni y las reacciones

La madrugada del 15 de mayo, la Policía Ministerial detuvo en Los Mochis a uno de los cabecillas del cártel de los Beltrán Leyva en la zona norte, Giovanni Lizárraga Ontiveros, el cual fue mostrado por la Procuraduría estatal como un trofeo de guerra. Contra lo que usualmente hace “por ley”, la Procuraduría dio a conocer entonces las declaraciones preliminares del delincuente, donde ventilaba información sobre la estructura criminal de su organización, incluidas redes de protección policiaca que, con base en el cohecho, habían tejido en esa zona de la entidad.

Las reacciones no se hicieron esperar. La mañana del lunes 30 de mayo de 2011, autoridades de cuatro municipios: Culiacán, Guasave, Ahome y Sinaloa, reportaron el hallazgo de al menos 19 narcomantas, todas con imputaciones directas al gobernador López Valdez sobre una presunta alianza con Joaquín el Chapo Guzmán.

Ninguno de los mensajes tenía la rúbrica de persona o grupo alguno, aunque las autoridades adelantaron que se trató del cártel de los Beltrán Leyva. Ese mismo lunes, por la noche, el cuerpo de un policía ministerial fue arrojado por el bulevar Pedro Infante, justo enfrente del edificio del Congreso del Estado.

Una de las dos mantas colocadas en Guasave, sobre los bulevares Juan Millán y 16 de Septiembre, en el cruce de la carretera México-15, al mismo tiempo que el gobernador realizaba un acto en esa ciudad, decía a la letra: “Malova ahora que fuiste a México le platicaste al presidente que fuiste a comer con el Chapo Guzmán el día 6 de septiembre del 2010 en 1 rancho de Kila, niegalo que te encargó que limpiaras la zona norte de Sinaloa para que se pudieran meter así como darle información (sic)”.

En la ciudad de Culiacán, también aparecieron dos narcomantas. Uno de los mensajes decía textualmente: “General comandante de la novena zona, la guerra no es con ustedes, a ustedes se les respecta no así a los policias de Malova que estan con el Chapo Guzmán ellos se esconden detras de ustedes, quiero que sepa que Malova le trabaja al Chapo, investigue a los comandantes de la policia especial, que de especial no tienen nada (sic)”.

Esa vez Mario López Valdez desestimó el señalamiento de los mensajes y declaró que es la reacción propia de los grupos criminales debido a que el Estado los está combatiendo.

La guerra mediática siguió. El viernes 3 de junio las manos y la cabeza de un hombre fueron dejadas durante la madrugada en las escalinatas de Palacio de Gobierno. Los restos humanos estaban a unos metros de la avenida Insurgentes.

Aunque la postura oficial de Mario López Valdez consistió en mostrarse templado, lejos del efecto intimidatorio de los mensajes que le enviaron, la realidad es que toda la administración pública que él encabeza entró en pánico y optó por acorazarse. El Gabinete estatal de Seguridad Pública declaró en riesgo inminente al gobernador Mario López Valdez y funcionarios de primer nivel, por lo cual determinó reforzar las medidas de protección en torno a ellos.

El Gabinete de Seguridad recomendó a Malova cambiar el discurso contra los grupos beligerantes y salió a decir que había un gran contenido político en los mensajes. Lo que ni él ni sus asesores calcularon es que habría una contraofensiva mediática, pues al día siguiente aparecieron otras mantas en las ciudades de Mazatlán, Culiacán y Guamúchil: “Malova dales a conocer que fuiste con el Chapo Guzmán no es para que lo negaras eso ya lo esperábamos fue para que la gente de México sepa el tipo de políticos que tenemos y para que las autoridades te investiguen. Tienes el valor o te vale”.

El propio diputado Luis Antonio Cárdenas Fonseca, exprocurador de Justicia en el sexenio de Jesús Aguilar Padilla, había declarado que, efectivamente, el gobierno de Malova combatía solo a unos grupos de narcotraficantes pero no a los otros, que debía ser parejo.

A partir de esto todos desde Palacio respondían que los ataques eran políticos, que eso estaba muy claro.

Guasave: la segunda masacre


Pero la estrategia de Gobierno estatal no cambió un solo grado. El asedio policiaco a los reductos criminales del sur y norte de la entidad continuó al mismo paso que las respuestas de las células delictivas.

El 15 de julio, comandos de estos mismos grupos perpetraron dos ataques contra la Policía dejando como resultado once agentes muertos y cuatro lesionados. El primer ataque ocurrió en la ciudad de Los Mochis, donde un agente y un civil resultaron heridos. El segundo ocurrió en la carretera Internacional, justo en el entronque con la 19, que conduce a Estación Naranjo.

Ha sido la peor emboscada contra los cuerpos policiacos de Sinaloa: ahí murieron once agentes, un civil y dos policías más resultaron heridos. El ataque, se dijo, iba dirigido contra Frank Córdova, secretario de Seguridad, quien de última hora decidió viajar en helicóptero. El Ejército le atribuyó la matanza a las células de Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro. Al día siguiente aparecieron narcomantas acusando que el Gobierno protegía al grupo del Chapo Guzmán. Malova lo volvió a negar.

Policías al banquillo


Una de las cosas más relevante a partir de la detención de Giovanni Lizárraga fue la revelación de que buena parte de la estructura policiaca municipal de Ahome estaba coludida con la organización que él comandaba.

Esto trajo como resultado que a mediados de noviembre, justo el día que el secretario general de Gobierno entregaría al Congreso estatal el Primer Informe de Gobierno, la mayor parte de los comandantes policiacos de Ahome fueron detenidos. 32 en total, de los cuales todavía la mitad se encuentra bajo arraigo en la Ciudad de México.

Por lo pronto había sido un golpe mediático. Luego fueron recuperando su libertad algunos de los agentes y comandantes detenidos sin cargos en su contra, hasta que el resto fue trasladado a la Ciudad de México, entre ellos el director de la Policía, el mayor Horacio de León Reyes, sobre quien Ríodoce ya había advertido, existían antecedentes delictivos desde que era militar activo.

Vientos de guerra en Mazatlán


Estos son los eslabones principales de una guerra abierta, declarada, entre el gobierno de Mario López Valdez y los hermanos Beltrán Leyva, presuntamente aliados con Los Zetas y los Carrillo Fuentes.

El más reciente fue la captura y presentación de seis presuntos secuestradores en el puerto de Mazatlán, después de que la Policía Ministerial rescató a tres hombres que tenían secuestrados.

El lunes 16 los presuntos delincuentes, entre ellos cuatro mujeres, fueron presentados a la prensa en un acto donde estuvo la plana mayor del Gabinete de Seguridad estatal. El miércoles por la mañana, 48 horas después, en lo que se supone es una reacción del mismo grupo delictivo, la ferretería Malova, ubicada en esa ciudad, fue atacada

jueves, 19 de enero de 2012

Derriban arco de entrada a Choix, en aras de la modernidad



Amigos choicenses:
La obra de demolición del arco de entrada a la ciudad construido en 1998, se realiza en cumplimiento a la regularización de los términos urbanísticos de la nueva realidad de crecimiento y modernidad de Choix.
Este arco de entrada que en su tiempo fue emblema de bienvenida al pueblo de Choix, cumplió su ciclo para dar paso a la impostergable ampliación de la vialidad con sus dos carriles de transito vehicular, acotamientos y banquetas en esa zona (km 01 carretera Choix-El Fuerte), y concluir así con el cuello de botella que derivaba en continuos accidentes vehiculares, además de contrastar urbanísticamente con el desarrollo en carreteras y vialidades que nuestra ciudad esta demandando.
La transformación es parte de la evolución de la sociedad, actualmente contamos con un arco de entrada a la ciudad, construido con visión de futuro, adecuándose a un crecimiento de largo alcance y considerando ser un ícono de bienvenida a la población, tanto a los que se introduzcan a la ciudad, como a los que tomen la desviación por la carretera Choix-Chihuahua ya que esta carretera tomara su curso metros adelante del nuevo arco de entrada.

miércoles, 18 de enero de 2012

Grupo armado rafaguea ferretería del gobernador de Sinaloa


MÉXICO, D.F., 18 de enero (apro).- Dos sujetos balearon e intentaron incendiar hoy una ferretería ubicada en el bulevar Rafal Buelna, de Mazatlán, Sinaloa, cuyo propietario es nada menos que el gobernador de esa entidad, Mario López Valdez.
El incidente ocurrió casualmente dos días después de que la Procuraduría General de Justicia de esa entidad (PGJE) presentó a un grupo de secuestradores presuntamente ligados a los hermanos Beltrán Leyva.
Según información difundida por el semanario sinaloense Río Doce, el ataque se registró a las 8:45 horas y dos trabajadores que se encontraban en el mismo a esa hora, Gabriel Lizárraga Hernández y Luis Fernando Esquivel, resultaron heridos.
Los presuntos delincuentes llegaron a la ferretería a bordo de una motocicleta color negra, se bajaron y se dirigieron al mostrador, disparando a los dos empleados con armas calibres .9 milímetros y .45.
También se informó que después de disparar lanzaron estopas rociadas de gasolina y les prendieron fuego, causando daños menores en algunos estantes del negocio. Luego huyeron en la motocicleta hacia la colonia Leopoldo Sánchez Celis, contigua a la negociación.
La motocicleta fue abandonada por los delincuentes atrás de Walmart, que se encuentra en la misma zona.
Se informó que minutos después la policía detuvo a un joven bajo la sospecha de haber participado en el ataque, pero esto no ha sido confirmado oficialmente.
El gobernador López Valdez, que este día cumple 55 años, se encuentra en España promoviendo las bondades de Sinaloa, principalmente del puerto de Mazatlán

jueves, 5 de enero de 2012

Nadie se acuerda de Julián


    Julián Slim Helú /El Universal
    El joven profesor de matemáticas Manuel López Mateos entró el 22 de enero de 1975 a las oficinas de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal. Estaba ahí para denunciar a Miguel Nazar Haro y Julián Slim Helú por secuestro y lesiones. Ellos eran agentes del grupo policial de fama más negra en la historia de México: la Dirección Federal de Seguridad (DFS).
    Al calor de la Guerra Fría –bajo cuya lógica maniquea toda disidencia era "comunista"– las acusaciones contra aquella poderosa policía a las órdenes de la Secretaría de Gobernación eran inusuales: como primera línea de defensa contra los enemigos del Estado, la DFS era intocable. Todo valía "para garantizar la gobernabilidad".
    La denuncia de López Mateos nunca se investigó.

    Treinta años después, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió la Presidencia de la República. El Partido Acción Nacional (PAN) llegó al poder. La alternancia puso fin a siete décadas de monopolio partidista y se inició la época actual, de transición política.

    Para investigar los asesinatos, desapariciones forzadas y otros delitos cometidos durante el conflicto al que absurdamente se le llama "la guerra sucia" (¿acaso existen "guerras limpias"?), el nuevo gobierno de Vicente Fox Quesada creó una Fiscalía Especial. De forma paralela, buena parte de los archivos de la antigua DFS se abrieron y con base en ellos se produjeron toneladas de notas periodísticas y textos académicos; libros de reflexión sobre aquellos años traumáticos e informes especiales de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Pero de todo ello poco se tradujo en justicia. La impunidad prevaleció, ahora dispersa entre el caos "democrático".

    En uno de esos expedientes desclasificados y guardados en lo que habían sido las crujías de la antigua cárcel de Lecumberri –"El Palacio Negro", le decían entonces–, hoy sede del Archivo General de la Nación, está guardada la reseña interna de la denuncia de López Mateos registrada bajo una averiguación previa de efímera duración: la 8430/SC/74.

    El informe interno de la DFS al respecto dice:

    El 22 de enero de 1975, Manuel López Mateos (Sobrino del ex presidente) presentó denuncia en la Procuraduría General de Justicia y Territorios federales, en contra de Miguel Nazar Haro y Julián Slim Helú, por los delitos de privación ilegal de la libertad y los que resulten, motivo por lo que la mencionada Procuraduría, solicita la comparecencia de ambos Nazar y Slim ante la Mesa 15 a efecto de que rinda su declaración acerca de los hechos referidos en la denuncia.

    El tono administrativo de la nota tuvo una respuesta inmediata y enfática. En el mismo documento oficial, marcado con la clave 21–500–75, una nota manuscrita ponía las cosas en su lugar, indicaba las prioridades del Estado y definía lo que tenían que hacer Nazar Haro y Slim Helú ante el citatorio del Poder Judicial:

    De ninguna manera se presenten, por orden Superior.

    Y así fue.


    La memoria en donde ardía

    Estreché la mano de Manuel López Mateos a mediados de 2009 en la recepción de un lujoso hospital de la Ciudad de México. Estaba ahí para revisarse el corazón. Aquel joven –que quizá por ser sobrino del expresidente Adolfo López Mateos se atrevió a denunciar a los intocables comandantes de la Dirección Federal de Seguridad– era ahora un hombre calvo y con gafas, que tenía a su cargo la dirección de la recién fundada Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO). Detrás de los lentes, su mirada sugería los episodios trágicos que vivió décadas atrás por los que yo quería entrevistarlo.

    López Mateos se recargaba en el brazo de su esposa, que lo acompañaba mientras nos dirigíamos a la cafetería del hospital. Tras charlar de su natal Veracruz, de amigos en común y de la insurrección de Oaxaca en el 2006, le pregunté sobre su denuncia contra Nazar Haro y Slim Helú, quienes –según los archivos desclasificados– lo habían detenido bajo la sospecha de que pertenecía al grupo Unión del Pueblo, una organización armada cuyos fundadores, los hermanos Cruz Sánchez, siguen en la clandestinidad y ahora operan bajo las siglas del Ejército Popular Revolucionario (EPR), uno de los grupos guerrilleros que persisten en el México del siglo XXI, además del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

    López Mateos pareció desconcertarse. Volteó a ver a su esposa y le acarició el rostro. Después me compartió su resumen de aquellos años: tras las masacres de estudiantes perpetradas por el régimen del PRI en 1968 y en 1971, aumentó el número de jóvenes que decidían encarar la represión gubernamental con grupos armados inspirados en Fidel Castro y Ernesto El Che Guevara, dijo, aunque el gobierno de Cuba, en esos años, tenía mejor relación con el emblemático policía político de la época, Fernando Gutiérrez Barrios, que con cualquier dirigente guerrillero mexicano. Me habló luego del sueño revolucionario, la liberación de México y las características autoritarias del régimen cuya esquizofrénica naturaleza (revolucionaria pero institucional) hizo que fuera definido por Mario Vargas Llosa como "la dictadura perfecta".

    En 1974, alguno de aquellos grupos guerrilleros colocó una bomba en la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde López Mateos estudió y apenas empezaba a impartir clases de matemáticas. El acto provocó que varios universitarios fueran detenidos y llevados a los separos de la DFS, sospechosos de ser los dinamiteros. Uno de ellos fue el sobrino del expresidente.

    A López Mateos lo golpearon y encerraron a partir de la una de la tarde del 29 de noviembre de 1974 y por 24 horas en la sede policial ubicada junto al Monumento a la Revolución Mexicana. Frente al mausoleo nacional en el que yacen los restos de Pancho Villa y otros héroes de la patria, el agente Miguel Nazar Haro le daba puñetazos al "sospechoso", a quien en los archivos se le clasifica como "elemento revolucionario", aunque durante la golpiza se le decía "pinche revoltoso".

    Dos meses después, López Mateos decidió ir a poner la denuncia contra los agentes que lo habían detenido y lo habían golpeado.

    –¿Julián Slim Helú también lo torturó? –pregunté.
    –¿El hermano de Carlos Slim? –reviró– No, él no me golpeó.
    –En la denuncia usted incluyó su nombre –dije mientras acercaba el documento.
    –Él también estaba ahí pero él no me golpeó. Sólo fue Nazar Haro.

    Tras escuchar su historia fue difícil no pensar en el título (tomado de un verso de Quevedo) de una novela del exguerrillero y escritor argentino Miguel Bonasso… La memoria en donde ardía.


    Era la guerra

    El principal grupo guerrillero de esos años fue la Liga Comunista 23 de Septiembre. En el otoño de 1973, la organización de inspiración marxista ejecutó las dos acciones más radicales de su breve existencia: el 17 de septiembre el empresario cervecero Eugenio Garza Sada fue asesinado en Monterrey por uno de los comandos de la Liga en un intento de secuestro; un mes después, otro comando guerrillero plagió en Guadalajara al cónsul británico Anthony Duncan Williams y al empresario del almidón Fernando Aranguren Castiello. Garza Sada era un dirigente carismático de Nuevo León –el estado más industrializado del México de esos tiempos–, mientras que Aranguren Castiello era uno de los líderes empresariales más destacados de la zona occidental del país.

    La Liga expresó sus demandas: a cambio de liberar a Duncan Williams y a Aranguren Castiello pedían 200 mil dólares y el traslado de 51 opositores presos a Corea del Norte. El gobierno rechazó el emplazamiento a través de un mensaje de radio transmitido en cadena nacional. Un día después, el cónsul británico fue liberado, aunque Aranguren no corrió con la misma suerte: fue ejecutado a sangre fría y su cadáver encontrado en la cajuela de un automóvil abandonado.

    Era la guerra.

    Los grupos económicos de Monterrey y Guadalajara ya estaban enemistados con el presidente Luis Echeverría Álvarez debido a su discurso nacionalista, a la buena relación que tenía con Fidel Castro y a que había emprendido programas sociales que ellos veían como protocomunistas. Tras los crímenes de Garza Sada y Aranguren Castiello, arreció la disputa entre los empresarios y el régimen. Algunos líderes patronales de Monterrey desconfiaban del gobierno, al grado de sospechar que el presidente Echeverría había ordenado los asesinatos de ambos empresarios y trataba de encubrirlos haciéndolos pasar como una acción de la guerrilla.

    La tensión aumentó y la DFS recibió la orden de encontrar de inmediato a los autores materiales e intelectuales de los dos asesinatos para contener los reclamos empresariales y proteger así al titular del Poder Ejecutivo. La cacería de los guerrilleros se desató en invierno y no se prolongó demasiado: en los primeros días de febrero de 1974 aparecieron muertos los dos dirigentes nacionales de la Liga Comunista 23 de Septiembre que habían planeado los secuestros de los empresarios. La geografía de los hallazgos no fue casual: el cadáver de José Ignacio Olivares Torres fue arrojado en el cruce de las calles Altos Hornos y Metalúrgica, de Guadalajara… muy cerca de la casa de la familia del empresario Aranguren. El cuerpo del otro dirigente guerrillero, Salvador Corral García, apareció en un lote baldío de la colonia Fuentes del Valle, de San Pedro Garza García, Nuevo León, el municipio donde residían los deudos del empresario Garza Sada.

    Ambos guerrilleros tenían señales de haber sido largamente torturados antes de su ejecución.

    Era la guerra.


    El tributo

    Con la lectura de los archivos desclasificados de la DFS puede conocerse con mayor detalle la forma en que reaccionó la corporación ante los asesinatos de Garza Sada y Aranguren Castiello, y el afán con que buscó a los guerrilleros involucrados.

    Los redactores habituales de la corporación eran policías anónimos con un nivel medio de estudios. Algunos tenían inquietudes literarias y una prosa de extravagante precisión, con guiñosinfrarrealistas. A Salvador Corral García se le describe así en uno de los reportes: "Tiene 26 años de edad. 1.63 metros de estatura. Complexión delgada. Color blanco. Pelo castaño, semiquebrado y abundante (acostumbra peinarse de raya). Ojos negros, vivaces y profundos. Nariz roma, grande. Boca regular. Labios gruesos. Barba cerrada. Mentón agudo. El pabellón de la oreja izquierda, más abierto que el de la derecha. Medio jorobado o de espaldas cargadas. Camina en forma peculiar porque tiene los pies planos. Mueve mucho los brazos al andar".

    Un oficio interno del 15 de noviembre de 1973 prueba que Corral García era uno de los principales blancos de la cacería, junto con sus hermanos, de los cuales uno, Luis Miguel, también murió tiempo después bajo una granizada de balas policiales, y el otro, José de Jesús, fue detenido por la DFS el 8 de marzo de 1976. Desde entonces, hace 25 años, José de Jesús se encuentra desaparecido. Su ausencia es testimonio de una verdad: no todos los muertos de la guerra sucia tienen una tumba.

    De otro hermano más, Roberto, la Federal de Seguridad consignaba:

    Ciudad Juárez, Chihuahua.– En virtud de que se señala a SALVADOR CORRAL GARCÍA, de 26 años de edad, originario de Corrales, Municipio de Tepehuanes, Durango, como uno de los presuntos asesinos del señor Eugenio Garza Sada y de quien se presumía se encontraba en esta población, elementos de esta Dirección Federal de Seguridad y de la Policía Judicial de Monterrey, NL, se abocaron a su búsqueda, localizándose únicamente a su hermano ROBERTO CORRAL GARCÍA, de 28 años de edad, mismo que fue detenido a las 17:50 horas de hoy en su negocio denominado "Ferretería Industrial", ubicado en las calles de Ayuntamiento y Central, de la Colonia Industrial de esta ciudad, el que quedó detenido en el Primer Batallón de Infantería.

    Muy respetuosamente

    EL DIRECTOR FEDERAL DE SEGURIDAD

    CAP. LUIS DE LA BARREDA MORENO.

    Otros expedientes de la pesquisa de los asesinos de Aranguren Castiello y Garza Sada tan sólo contienen notas periodísticas plagadas de eufemismos y que ofrecen poca información. Pero hay un documento, asegurado en 2005 mediante una diligencia solicitada por la investigadora Ángeles Magdaleno "para evitar la mutilación de documentos clave en los trabajos de nuestra memoria histórica". Se trata del expediente 11–235–L6, que de la página 163 a 167 consigna la presencia del guerrillero Salvador Corral García en la Ciudad de México el 1 de febrero de 1974, donde fue interrogado "por el licenciado Julián Slim H. quien se desempeñaba como jefe del Departamento Jurídico de la DFS".

    Este documento demuestra algo que hace 30 años se dio como un hecho en los círculos opositores al gobierno, pese a que no se conocían las pruebas oficiales que lo probaran: que el guerrillero Salvador Corral García había sido detenido en Sinaloa y llevado a la Ciudad de México para ser interrogado, y que cinco días después fue asesinado y su cadáver acabó siendo arrojado en San Pedro Garza García, Nuevo León, como tributo de sangre ofrendado por el gobierno priista al empresariado mexicano.

    Un policía limpio en una guerra sucia

    En 2006, tras conocerse los informes con los resultados de las investigaciones especiales de la guerra sucia, tanto de la CNDH como de la Fiscalía Especial, éstos fueron menospreciados y criticados prácticamente por todos los involucrados: por un lado, los funcionarios y exfuncionarios señalados descalificaron las conclusiones al tacharlas de "tendenciosas"; lo mismo pasó con los familiares de las víctimas y los antiguos guerrilleros, para quienes los reportes eran insuficientes y sus conclusiones encubridoras. En suma, la memoria oficial que se trató de hacer de aquellos años turbios recibió pocos comentarios encomiásticos.

    En ambos informes hay reportes internos y cientos de testimonios recogidos después de 30 años. En esos documentos están las voces contundentes que confirman, una tras otra, secretos que ya no se pueden negar: el hecho de que en la DFS la tortura era un método común de investigación policial, que la DFS era la principal máquina represiva del poder y que hubo cientos de testigos y víctimas de sus atrocidades.

    Luego de ser detenidas –la mayoría de las veces sin órdenes judiciales de por medio– las personas eran interrogadas con los ojos vendados y se les obligaba a firmar declaraciones y confesiones a base de amenazas, golpes y tortura con toques de corriente eléctrica en los genitales. O se les desaparecía para siempre. Son tantos los casos y tan vasta la documentación al respecto que se necesitarían entre 800 y 900 notas a pie de página para incluir a cada una de las víctimas en este reportaje.

    También aparecen los nombres de casi un centenar de policías que participaron en esta guerra sucia: Arturo Durazo Moreno, Salomón Tanús, Jorge Obregón Lima, Francisco Sahagún Baca, Luis de la Barreda Moreno, Francisco Quirós Hermosillo, José Guadalupe Estrella, Florentino Ventura, Miguel Nazar Haro… Sin embargo, un nombre que nunca se menciona en los informes históricos de la CNDH ni de la Fiscalía Especial es el de Julián Slim Helú, quien ni siquiera fue citado a declarar como testigo, como sí sucedió con la mayoría de los policías de la DFS.

    Después de tener en mis manos los documentos oficiales en los que se revelaba que Slim Helú había interrogado a Corral García antes de que fuera asesinado y tirado en una calle de San Pedro Garza García, Nuevo León, pregunté a varios sobrevivientes de esos años, como los exguerrilleros Héctor Escamilla Lira, Elías Orozco, Alberto Sánchez, Manuel Saldaña, si habían oído hablar del policía Slim Helú. Ninguno lo recordaba bien. Sólo alcanzaban a señalar que podría tratarse de un pariente –"primo o tío lejano de Carlos Slim Helú"– que después de haber estado en la DFS al parecer se había ido de comandante a la Procuraduría General de la República y del que luego no se volvió a saber nada.

    El apellido Slim Helú sí ocuparía un lugar en la memoria nacional, pero en los noventa y por la venta de Telmex, la empresa paraestatal más importante de todas las que privatizó el régimen priista en su recta final, antes de que llegara el 2000 y la transición democrática a México.


    El comandante Slim

    El 27 de mayo de 2008, a través del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) solicité a la PGR el expediente laboral de Julián Slim Helú sin la certeza de que realmente existiera. El 3 de julio, la Unidad de Enlace de la PGR me respondió: sí había un expediente de un policía con ese nombre, pero no podía entregarlo debido a que era información confidencial. Apelé la decisión de la PGR con el argumento de que el policía Slim Helú ya no estaba en funciones y habían transcurrido los 20 años reglamentarios para mantener bajo reserva cualquier documento catalogado como confidencial.

    Convencida de que debía hacerse pública dicha documentación, la comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), María Marván Laborde, tomó el caso y me ayudó a ganar el recurso de revisión, un año después. El IFAI exigió a la PGR entregarme el expediente donde constaba que Julián Slim Helú había iniciado labores como primer comandante de la PGR el 16 de junio de 1983 y había renunciado el 7 de junio de 1984, una semana después de la muerte del entonces columnista político más influyente de México, Manuel Buendía Tellezgirón, asesinado por un pistolero contratado por la DFS.

    De acuerdo con el expediente, Julián Slim Helú tenía el cargo de primer comandante de la Policía Judicial Federal. Estaba adscrito al aeropuerto internacional de la Ciudad de México y su clave de cobro era la No. 17007011500.0. Recibía un sueldo mensual de 21 mil 240 pesos y un sobresueldo de 7 mil 434 pesos. En el rubro de "Percepciones extraordinarias variables" puede leerse que además le pagaban una "compensación adicional por servicios especiales" de 47 mil 326 pesos", es decir, una cantidad mayor que la cifra conjunta del sueldo y sobresueldo que recibía. En total sus ingresos alcanzaban la cifra de los 76 mil pesos mensuales. Los cheques que cobraba estaban firmados por Carlos Madrazo Pintado, hermano de Roberto, candidato presidencial priista en 2006. Además, el comandante Slim Helú contaba con un seguro de vida por 1 millón de pesos, contratado con la Aseguradora Hidalgo.

    De acuerdo con el documento que conseguí vía la Ley de Transparencia, Slim Helú recibió su cartilla militar el 18 de marzo de 1952, tras acudir a 50 sesiones del Ejército Mexicano y ser calificado positivamente por su conducta, aplicación y aprovechamiento. Asimismo, la cédula profesional 106050 lo acreditaba como licenciado en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

    Sin embargo, la precisión de algunos datos contrasta con la oscuridad de otros. Los motivos de su salida de la PGR no quedan claros. En su expediente laboral existe una carta de renuncia fechada el 7 de junio de 1984 y dirigida por el comandante Slim Helú al entonces procurador general de la República, Sergio García Ramírez:

    Estimado señor Procurador y dilecto amigo:

    Lo saludo cordialmente con la expresión de mi más caro aprecio ligado a mi gratitud por el alto honor que tuvo a bien conferirme al ser designado, el 16 de junio de 1983, Primer Comandante de la Policía Judicial Federal.

    Durante el desarrollo de mi función, que siempre entendí como una gran responsabilidad, más que como un privilegio, invariablemente me vi alentado por el aseguramiento de su confianza, simpatía y afecto, lo que reafirma una vez más los atributos de su calidad humana que siempre he estimado del más alto rango.

    Considerando haber cumplido con la delicada encomienda que se designó asignarme, ruego a usted se sirva, sí para ello no hay inconveniente, relevarme de tan señalado cargo.

    Me valgo de la ocasión para reiterar a usted las seguridades de mi solidaria amistad y consideración.

    Julián Slim Helú.


    El columnista de Reforma Miguel Ángel Granados Chapa, amigo de Buendía y uno de los hombres que conoció a detalle las investigaciones del crimen del principal columnista del país, unos meses antes de fallecer me dijo en entrevista que la renuncia de Slim Helú a la Policía Judicial Federal nada tenía que ver con el asesinato, pese a que ocurrió en ese contexto.

    De acuerdo con Granados Chapa –que preparaba un libro sobre el caso y planeaba presentarlo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2011– Buendía fue asesinado por órdenes de José Antonio Zorrilla, quien había llegado a la dirección de la DFS en 1982 en sustitución de Miguel Nazar Haro. Zorrilla tenía pactos con capos del narcotráfico de los cuales supo Buendía Tellezgirón. Durante una reunión en casa de Zorrilla, el periodista lo encaró sobre el tema, lo que provocó que el todopoderoso jefe policiaco dictara una sentencia de muerte en su contra. El asesinato lo ejecutó un motociclista que le disparó al columnista cinco veces por la espalda.

    –Julián Slim Helú renunció unos días después del asesinato de Buendía. ¿Su renuncia no tuvo nada que ver con este caso?
    –No.
    –Don Miguel: ¿Por qué nadie sabe nada del policía Slim Helú? Parece que ni siquiera existió.
    –Hay zonas del delito que no son tan glamorosas y quizá por eso no sonaba mucho el nombre de Julián Slim. Tal vez él se movía en una de esas zonas.
    –¿Cuáles son esas zonas del delito no tan conocidas?
    –Como delitos arqueológicos o algo así; pero efectivamente, de Julián Slim Helú no sabemos nada. Es uno más de nuestros misterios.


    La buena y mala fe

    Julián Slim Helú nació en 1938 en la Ciudad de México. Fue el primer varón que tuvo su padre Julián Slim Haddad, oriundo de la aldea de Jezzine, Líbano, de donde viajó a México en barco a principios del siglo XX. Al poco tiempo de su llegada, Julián Slim Haddad se asoció con su hermano José para abrir La Estrella de Oriente: una tienda de telas en el centro histórico de la Ciudad de México. Más tarde se casó con Linda Helú, hija de migrantes libaneses nacida en Parral, Chihuahua.

    Cuando Julián Slim Helú tenía 15 años de edad, su padre murió de un problema en el corazón. Tiempo después, el primogénito de la familia entró a estudiar leyes y contrajo nupcias con Magdalena Seade, cuyo padre –Carlos Seade– había sido junto con Luis Farah, de Guadalajara, uno de los primeros inmigrantes libaneses en graduarse como médico en México.

    Una revista de la comunidad libanesa que circulaba en aquella época reseñó la boda entre Julián y Magdalena. En la nota de sociales aparece una foto donde se ve a Julián de traje, con una ligera sonrisa en el rostro y la mano izquierda descansando en su pecho, mientras que con la otra abraza a su esposa Magdalena, vestida de blanco.

    Recién egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, el 22 de junio de 1960 Julián asumió la secretaría de la Asociación Libanesa Internacional, un proyecto lanzado por el empresario del calzado Antonio Domit, cuya "alta meta", de acuerdo con un manifiesto difundido en publicaciones libanesas en México, era "lograr la unificación y organización de los libaneses residentes en cada país, fomentando entre ellos el compañerismo y la amistad sincera y desinteresada, así como entre las comunidades libanesas de todo el mundo". El documento iba acompañado de una fotografía en la que aparecen los ocho "hombres de prestigio y completa solvencia moral y material" que conforman la directiva. Al centro puede verse a Julián Slim Helú vestido con traje oscuro, junto a Domit, quien era el presidente de la naciente organización.

    Julián tuvo cinco hermanos: Nour, José, Alma, Linda y Carlos. Todos ya fallecidos, con excepción de Carlos, presidente del grupo Carso y dueño de más de 200 empresas de diversos ramos, a quien la revista Forbes calificó como el hombre más rico del mundo, mientras que un análisis de la revista Sentido Común calculaba en 2010 que su fortuna ascendía a 75 mil millones de dólares.

    La relación entre los hermanos Julián y Carlos se afianzó tras la muerte de su padre. En 1966, el primogénito Julián acompañó al altar a su hermano Carlos, durante el matrimonio de éste con Soumaya Domit –hija de Antonio Domit–, oficiado por el sacerdote Marcial Maciel, a la postre fundador de la Legión de Cristo.

    De acuerdo con su expediente en la PGR, Julián fue miembro de la generación de 1957 de la Facultad de Derecho de la UNAM. Sin embargo, del mismo modo en que su nombre no aparece en los reportes de la CNDH y de la Fiscalía Especial, en la Facultad de Derecho su tesis ("Efectos de la buena y mala fe en el derecho civil mexicano") tampoco es fácil de encontrar. Es mucho más fácil localizar en la Facultad de Ingeniería la de su hermano Carlos, de nombre "Aplicaciones de programación lineal a algunos problemas de ingeniería civil", la cual inicia con la dedicatoria: "A mis hermanos".

    Siguiendo la pista de los documentos consultados, da la impresión de que la carrera policial de Julián iba en ascenso, pero justo cuando su hermano Carlos empezó a ser conocido en el mundo empresarial, Julián desapareció del escenario público. En 1991, cuando Carlos ganó la licitación de Telmex –la empresa de mayor importancia estratégica para la seguridad nacional de todas las que se privatizaron durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari– el comandante Julián Slim Helú prácticamente abandonó el servicio público y se convirtió en una especie de leyenda.

    Al especialista en temas de seguridad nacional Fernando Montiel T., a quien relaté la historia de los hermanos Slim Helú, le recordó en cierta forma el mito de los hermanos Rómulo y Remo bajo el cual se construyó Roma: uno de los hermanos (Remo) es sacrificado para que el otro hermano (Rómulo) pueda ser el rey y así levantar después uno de los mayores imperios de la historia.

    Otra analogía, menos elevada, es la del expresidente Carlos Salinas de Gortari y su hermano Raúl, bautizado en una legendaria portada de la revista Proceso como "el hermano incómodo", tras ser denunciado, detenido y procesado por actos de corrupción ocurridos en la década de los noventa, durante la administración de su poderoso hermano.


    Las patas de los caballos

    Fructuoso Pérez Galicia, amigo de Carlos Slim Helú desde que ambos estudiaron en la Facultad de Ingeniería Civil de la UNAM, me contó durante una larga entrevista en 2009, en su oficina de San Miguel Chapultepec, que entre Julián y Carlos había una excelente relación de hermanos, que Julián se dedicó en los noventa a trabajar en un despacho de abogados y que ofrecía asesorías de seguridad a las empresas de su hermano Carlos, además de que tenía un rancho en Veracruz donde pasaba largas temporadas.

    –¿Usted conoce a Julián Slim?
    –Sí, claro. Yo estimo mucho a Julián.
    –¿Cómo es?
    –Es abogado. Y bueno, toda la familia Slim son gente muy decente, muy sencilla. Sencillísimos, una cosa que nadie cree, de verdad.
    –¿Cómo se llevan Julián y Carlos Slim?
    –Perfecto. Se llevan muy bien.
    –¿Qué hace Julián actualmente?
    –Julián tiene un despacho y aparte creo que tiene unas, vamos a decir, asesorías, así entre comillas, para su hermano Carlos.
    –¿Cómo es físicamente Julián?, ¿se parece a Carlos?
    –Se parecen mucho. Julián es muy tranquilo. Una gente muy culta.
    –¿Cómo cree que lleva Julián el que su hermano menor sea más reconocido que él?
    –No, para nada hay envidias ni nada de eso. Hay un verdadero entendimiento de quién es Carlos.
    –¿Y cómo son los otros hermanos de Carlos?
    –El único que le queda es Julián.
    –¿Y Julián participa de alguna forma en los negocios?
    –Yo no sé qué tanto, pero yo me imagino que algo. Por ejemplo, el hijo de Julián es Héctor Slim Seade, el actual director de Telmex. Y otro hijo de Julián, Beto Slim Seade, es el que maneja los hoteles Calinda.
    –¿Qué dice Carlos de la época de juventud en la que Julián estuvo como policía en la DFS y en la PGR?
    –Carlos nos platicaba que era muy inquieto y que andaba en ese medio porque eso le gustaba.
    –Pero era un mundo de muchos riesgos.
    –No, pues sí, el mundo es peligroso siempre para todos los que andan entre las patas de los caballos.


    Un buen policía… a la mexicana

    Gustavo Hirales Morán fue uno de los dirigentes de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Junto a Ignacio Salas Obregón, Ignacio Olivares y Salvador Corral García formaba parte de la dirección colectiva del principal grupo guerrillero de los setenta. De todos, es el único que no está muerto o desaparecido.

    Hace dos años el escritor Héctor Aguilar Camín me presentó a Hirales Morán en el restaurante Seps de la colonia Condesa, en la Ciudad de México, donde nos vimos para platicar sobre el Ejército Popular Revolucionario (EPR). El motivo de la reunión fue un reportaje que publiqué en Milenio sobre la fuga de un guerrillero del Campo Militar Número Uno, pero no en los setenta, sino en los noventa. Hirales Morán apoyó la crítica que me hacía Aguilar Camín por creer la versión del eperrista, la cual ambos consideraban rotundamente falsa.

    Después de aquella ocasión, Gustavo Hirales y yo nos escribimos algunas veces. En julio de 2011 le pedí una cita y nos vimos de nuevo en la plaza principal de Coyoacán, el mismo fin de semana en que cerró la cafetería y librería El Parnaso. Caminamos a otra cafetería cercana. Mientras lo hacíamos me habló de lo que piensa de la actual guerra contra el narco, de algunos de los libros que ha escrito y de sus polémicas con excompañeros guerrilleros. Hirales, pese a ser uno de los dirigentes históricos de la guerrilla de los setenta, no goza de buena reputación entre la izquierda mexicana. El diario La Jornada dice que se trata de "un guerrillero arrepentido y enemigo jurado de la causa que defendió en su juventud".

    Busqué a Hirales no sólo por su participación y su conocimiento directo en la guerra sucia, sino también por la fama de su imparcialidad a la hora de analizar aquellos hechos. Sobre todo quería hacerle una pregunta que me asaltaba con respecto al comandante Slim Helú, cuya historia yo llevaba cuatro años reporteando.

    La pregunta que me rondaba era: ¿Se podía ser un buen policía estando en la Dirección Federal de Seguridad?

    Primero hurgué en los recuerdos de Hirales sobre Salvador Corral García, el dirigente guerrillero que apareció muerto en San Pedro Garza García, Nuevo León. Hirales me dijo que Corral García era chaparrito, de cuerpo macizo y que, serio y cauteloso a la hora de hablar, sus formas no correspondían a las del estereotipo norteño. Me dijo también que había tenido "una muerte muy hija de la chingada" porque había sido sacrificado en honor de los industriales de Nuevo León. Para precisar, le pregunté si creía que la DFS había matado a Corral. "¿Quién más? –me respondió un poco agitado–. Si yo lo tengo y luego aparece muerto… ¿si no fui yo, entonces quién?".

    Entonces mencioné a Julián Slim Helú. Y me dijo que el hermano de "Don Carlos" era uno de los libaneses de la policía política (otros eran Nazar Haro, Tanús…), pero que al igual que ahora, en aquellos años Julián no era un policía muy conocido.

    –¿Por qué cree que no era tan conocido?
    –Retrospectivamente pienso que Julián Slim se cuidaba mucho para no afectar a su hermano que ya empezaba una carrera empresarial.
    –¿Se podía ser un buen policía en la DFS?
    –Mira, por ejemplo, muchos dicen que Luis de la Barreda, director de la DFS, fue un buen policía porque él no torturaba directamente. O sea, era un buen policía con el que llegabas a hablar después de que te pasaban por cuatro vías distintas de tortura que otros realizaban. Eso me pasó a mí, nadie me lo contó. Hay muchos casos conocidos. Por ejemplo, delante de Luis de la Barreda colgaron herido de un disparo a José Luis Moreno, hasta que se le pudrió el brazo y se lo tuvieron que cercenar. Si eso es la medida para ser buen policía, entonces él era un buen policía, pero en esos años quien fuera policía de la DFS torturaba, por lo menos.
    –¿Pudo haber salido un buen policía de la DFS?
    –La DFS fue la cantera de los jefes del narco. Miguel Félix Gallardo, Amado Carrillo, muchos capos de la droga estuvieron ahí… ¿Dónde están los buenos policías? Yo no sé.


    Nadie se acuerda de Julián

    Julián Slim Helú falleció la tarde del jueves 17 de febrero de 2011, a la edad de 74 años. Su cuerpo fue velado en su propia residencia ubicada en calle Sierra Leona, de la colonia Lomas de Chapultepec, en el Distrito Federal. La noticia de su muerte tuvo escasa repercusión en los diarios de circulación nacional, enfocados al día siguiente en la tristeza diaria que hoy es el país a causa de la llamada guerra del narco, en más de un sentido ligada a la guerra sucia que vivió México en los setenta.

    En aquella fecha, Milenio, El Universal, Reforma y La Jornada publicaron en sus portadas fotos de las 30 mil velas que se encendieron en la explanada de la UNAM, tras la primera marcha que hubo en el Distrito Federal por los (en ese momento) 30 mil muertos desde el 1 de diciembre de 2006 en que tomó protesta el presidente Felipe Calderón. Los columnistas políticos tampoco mencionaron la muerte de Julián Slim Helú. En cambio, algunos resaltaron las promesas del secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, de depurar a los corrompidos cuerpos policiales del país para remontar, ahora sí, la guerra fallida.

    Fue Excélsior el diario que dedicó el mayor espacio a la noticia de la muerte de Julián Slim Helú, así como a los eventos luctuosos que le siguieron. De acuerdo con la crónica firmada por la redacción, en el velorio del antiguo comandante lo mismo pudo verse al exsecretario de Gobernación Manuel Bartlett que al presidente de Banamex, Alfredo Harp Helú; al rector de la UNAM, José Narro, y al presidente de Kimberly Clark, Claudio X. González; al jefe de la policía del Distrito Federal, Manuel Mondragón, y al cantante Chamín Correa.

    Héctor Slim Seade, el cuarto hijo de Julián Slim Helú, actual director general de Telmex, así como su tío Carlos Slim Helú, fueron los deudos más abrazados y consolados. El sábado 19 de febrero, ambos entraron juntos al Panteón Francés, donde una carroza fúnebre transportó, a las cuatro en punto de la tarde, el cuerpo de Julián Slim Helú en un ataúd de caoba. Tras una breve ceremonia de despedida y ante pocas personas, el cuerpo del policía fue acomodado en un mausoleo.

    Localizado a la entrada del panteón, el monumento sobresale por el busto esculpido de Julián Slim Haddad, el patriarca de la familia de Carlos, el hombre más rico del mundo, y de Julián, el policía de la guerra sucia del que nadie se acuerda.


    twitter.com/diegoeosorno

    1 de enero de 2012

    Publicado en revista Proceso número 1835 *

    *En marzo del año pasado, en su edición 1793, Proceso convocó a su primer Premio Internacional de Periodismo, como parte de los festejos por sus 35 años de existencia. Se recibieron 54 trabajos, de entre los cuales el jurado –Alma Guillermoprieto, Jon Lee Anderson, Juan Villoro, Vicente Leñero y Rafael Rodríguez Castañeda– seleccionó tres: "Carrizalillo, el infierno a cielo abierto", de Marlén Castro Pérez y Rogelio Agustín Esteban; "Nadie se acuerda de Julián", de Diego Enrique Osorno González, y "El bombero al que nadie llamó", de Wilbert Torre. El premio se repartió a partes iguales entre los autores. Este semanario inicia ahora la publicación de los trabajos ganadores. El primero de ellos, el escrito por Diego Enrique Osorno, es una reveladora investigación sobre la historia de un comandante policiaco de los años de la guerra sucia que siempre se mantuvo alejado de los reflectores: Julián, el hermano desconocido de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.

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